Cuando se trata de mantener la seguridad de su información personal, no se fíe de la palabra de nadie: utilice el cifrado.
Desde el primer Día de la Privacidad de los Datos en 2007, las amenazas a la privacidad en línea se han multiplicado. Además de las amenazas más tradicionales suplantación de identidad — que ya existían al menos desde principios de los años 90 — los usuarios se enfrentan hoy en día a riesgos más sofisticados, entre ellos esos los relacionados con la adopción generalizada de la Internet de las Cosas (IoT).
Sin embargo, las amenazas “más antiguas” siguen siendo muy relevantes, como lo demuestra una la reciente ola de ataques de ransomware que no solo bloquea los datos de los usuarios, sino que ahora ha evolucionado para amenazar también con filtrarlos en línea:
Cuota de mercado de los ataques de ransomware más comunes en noviembre de 2020 (Coveware)
En 2020, la protección de la información sensible en línea se convirtió en una prioridad aún mayor. Con la gente refugiándose en casa para frenar la propagación de la COVID-19, el tiempo que se pasa en línea se disparó. El trabajo a distancia hace que la seguridad y las copias de seguridad sean más difíciles, aumentando la probabilidad de exposición a los ciberataques y dificultando la reparación.
En marzo de 2020, el FBI advertía de que el aumento del trabajo a distancia permitiría a los ciberactores explotar las vulnerabilidades de los sistemas informáticos y los entornos virtuales para robar información sensible, dirigirse a personas y empresas que realizan transacciones financieras y dedicarse a la extorsión”.
Estas preocupaciones se confirman con un Análisis de McAfee de los datos de ciberdelincuencia del año pasado, que estimó las pérdidas monetarias relacionadas con la ciberdelincuencia en aproximadamente 945.000 millones de USD, un aumento del 80% con respecto a 2018..
Cómo mantenerse a salvo en la era de la nube
La migración de datos a la nube pública parece una tendencia imparable tendencia. Además de la escalabilidad bajo demanda y los bajos costes iniciales, el almacenamiento y las aplicaciones de la nube pública ofrecen a los usuarios alta disponibilidad, facilidad para compartir y acceso garantizado fuera de sus redes.
Los servicios en la nube pueden ser una inversión inteligente para las empresas que experimentan oscilaciones y cambios en la demanda de servicios, y esto se refleja en las expectativas de los responsables de TI para los próximos 18 meses:
